Alimentar a los necesitados

Lisa y Freddie McMillan tienen un restaurante singular en Brewton, Alabama. Ofrecen comida caliente a todos los que hagan fila… gratis. Esta pareja ha invertido de sus ahorros para ayudar a los ancianos que a menudo no tienen comida y rara vez disfrutan de ir a un restaurante. En una caja, se reciben contribuciones. Lisa dice: «A veces, no encontramos nada allí. A veces, una nota de agradecimiento. A veces, 1.000 dólares. Siempre tenemos todo lo necesario. Nuestro objetivo es satisfacer la necesidad, restaurar la dignidad y desarrollar la comunidad».

¿Los planes de Dios? ¡El pueblo de Dios!

Tras unirme a la junta de asesores de un seminario, el líder de larga data anunció su retiro. Me encontré entre los que debían buscar uno nuevo. Juntos elaboramos una abrumadora lista de cualidades. ¿Cómo encontraríamos a alguien que cumpliera un papel tan vital y complicado?

Respuestas sazonadas

Alberto puso su tarjeta de débito sobre la cuenta del restaurante. La camarera la tomó, y tras una pausa preguntó: «Un momento, ¿quién este tipo que dice: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida?”. ¡Qué engreído!». Alberto se dio cuenta de que la camarera estaba reaccionando ante las palabras que el banco cristiano había impreso en la tarjeta: las palabras de Jesús en Juan 14:6. Sorprendido, le explicó quién era «este tipo» y sobre su sacrificio para llevarnos a Dios.

¡Al infinito y más allá!

En la película animada Toy Story, los juguetes de un niño cobran vida cada vez que sale de la habitación o se queda dormido. Un personaje, Buzz Lightyear, grita su eslogan característico mientras demuestra su capacidad de volar por la habitación: «¡Al infinito y más allá!».

Escucha las piedras

Después de un servicio conmemorativo para mi padre a orillas del río, cada miembro de la familia eligió una piedra para ayudar a recordarlo. Su vida había sido una mezcla de victorias y derrotas, pero sabíamos que nos amaba.

Elefantes ayudadores

Una noche, tarde, un santuario de elefantes en Kenia recibió una llamada de que un elefantito se había caído en un pozo. El equipo de rescate llegó mientras gritos de desesperación inundaban la oscuridad, y descubrieron que dos tercios de la trompa de la cría se la habían comido las hienas. Tras llevar al animal a su refugio, lo llamaron Long’uro, que significa «algo que ha sido cortado». Aunque solo tenía un tercio de trompa, se sanó y fue recibido por el resto del rebaño en el santuario. De forma innata, los elefantes saben que se necesitan unos a otros, así que se ayudan mutuamente.

Cuidado perfecto de Dios

David Vetter murió a los doce años de edad después de pasar toda su vida en una burbuja. El apodado «Niño burbuja» nació con una inmunodeficiencia combinada grave (IDCG). Para prolongar su vida, ingenieros de la NASA diseñaron una burbuja plástica de protección y un traje espacial para que sus padres pudieran sostener a David en el mundo exterior. ¡Ah, cuánto anhelamos proteger a los que amamos!

Milagros «pequeños»

En nuestra despedida de solteros, nuestro tímido amigo Dave estaba en un rincón, sosteniendo un objeto envuelto en papel tisú. Cuando llegó su turno, nos dio el regalo, y Evan y yo lo abrimos. Era un trozo de madera tallada, con perfectos círculos concéntricos y una frase: «Algunos de los milagros de Dios son pequeños». Esa placa ha estado colgada en casa durante 45 años, recordándonos una y otra vez que Dios obra incluso en las cosas pequeñas: pagar una cuenta, proveer comida, curar un resfrío. Todo sumado a un registro impresionante de la provisión divina.

Tapete de bienvenida

Mientras revisaba los tapetes para puertas en una tienda local, observé los mensajes impresos: «¡Hola!»; «Hogar», con un corazón en lugar de la «o»; y el más común: «Bienvenidos». Imaginándolo en mi casa, evalué mi corazón. ¿Daba mi casa la bienvenida como Dios quería? ¿A un vecino necesitado? ¿A un familiar que venía de otra ciudad y llamaba inesperadamente?

Servicio a discreción

Andrew Card era jefe de gabinete del presidente estadounidense George W. Bush. En una entrevista sobre su papel en la Casa Blanca, explicó: «En la oficina de cada miembro del gabinete se encuentra enmarcada una declaración de propósito: “Servimos a discreción del presidente”. Pero esto no significa que servimos a su antojo o para resultarle agradables, sino para decirle lo que necesita saber para hacer su trabajo»: gobernar el país.